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Nota del QT life
Esther Lim solía ser esa hija de misioneros en Indonesia con histo-
rias extrañas. Añosmás tarde, ella está feliz de compartir las historias
de la obra de Dios en su vida como escritora independiente y viajera.
Vive actualmente con su marido médico en Coos Bay, Oregon, y jun-
tos sueñan conmás aventuras por venir.
La evangelización no es mi actividad favorita. Desde luego, el concepto general
que tengo de ello es que lo apoyo con todomi corazón. El problema que tengo,
es cuando soy llamada a compartir el Evangelio, cuando tengo que salir de mi
zona de confort y llegarle a alguien con el riesgo de dificultar las cosas. La evan-
gelización es un don espiritual, ¿no? ¿Y qué si yo dijera que no es mi don? ¿Qué
tal si dejamos la tarea de dar testimonio a nuestros pastores y amigos extrover-
tidos? ¿Me absolvería esto de la responsabilidad de la evangelización?
La respuesta es no. La Biblia nos dice claramente que todos los seguidores de
Cristo estamos llamados a dar testimonio y servir a los que no conocen aDios.
Desde el momento que conocemos a Jesús, se vuelve nuestra misión—como
Juan el Bautista—de contarles a los demás acerca de Él. Juan era un hombre
destinado desde incluso antes de nacer, con el llamado de preparar el camino
a Jesús. Pasó años viviendo en el desierto bajo condiciones extremas (¿alguien
se lemide a langostas ymiel para el almuerzo?), animando a la gente a arrepen-
tirse y volverse a Dios.
El llamado de Juan Bautista es tanto el mío como el tuyo. Gracias a Dios,
compartir el Evangelio no siempre significa “hacer evangelización de un solo
golpe” al estilo de Juan—del tipo de evangelismo que involucra pararse en una
esquina de la calle y gritar que el fin está cerca—. A veces significa ser fieles en
lo poco que Dios nos llama a hacer, resplandeciendo en pequeñas formas que
reflejen a Cristo. A veces significa aprovechar las oportunidades que Dios trae
a nuestro camino para compartir el Evangelio, o simplemente orar por un ami-
go en necesidad. Nosotros, también, podemos preparar el camino al Señor.
“Juan les hizo recordar: —Yo soy el que grita en el desierto: Prepárenle el
camino al Señor”.
- Juan 1:23
PreparemoselcaminoalSeñor