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QT Note
Esther Lim solía ser esa hija de misioneros en Indonesia con historias extra-
ñas. Años más tarde, ella está feliz de compartir las historias de la obra de
Dios en su vida como escritora independiente y viajera. Vive actualmente con
su marido médico en Portland, Oregon, y juntos sueñan con más aventuras
por venir.
He sido cristiana todami vida, al igual que los hijos demuchos pastores. Empecé literal-
mente a ir a la Iglesia, cuando todavía estaba en el vientre de mi madre, y desde muy jo-
ven fui entrenada para seguir a Cristo. Estudié con diligencia la Biblia, sabía dememoria
el mensaje del Evangelio, y nunca tuve esemomento de “llegar a Jesús” del que los demás
hablaban, porque ser cristiana era y siempre había sido, una parte integral de mi vida.
Luego, cuando fui a la universidadme encontré con una opción que nunca antes ha-
bía tenido. Ya no estaba en un entorno protegido en el que mis padres proporcionaban
a diario dirección, no me hacían ir a la Iglesia ni tener mis tiempos de devoción espiri-
tual ni me ayudaban a vivir según los principios piadosos queme habían enseñado toda
la vida.Mi fe estaba siendo probada en un nivel personal. ¿Era Jesús realmentemi Señor
y Salvador? ¿Era yo realmente una cristiana? O, ¿simplemente pensaba que lo era, por-
que era lomás fácil y familiar para hacer?
Cuando Jesús les preguntó a Sus discípulos: “¿Quién creen que soy?”, Pedro ya había
pasado una gran cantidad de tiempo siguiéndole. Sabía que Jesús era un granMaestro y
profeta, un hacedor demilagros, un buen amigo. Pero este fue unmomento crucial para
él. Pedro se dio cuenta que Jesús no sólo era todas estas cosas maravillosas, sino lo más
importante, Él era el Mesías y el Hijo del Dios vivo. Reconocer a Jesús por quién real-
mente es Él cambió todo acerca de la existencia, el propósito y el futuro de Pedro.Tam-
bién revolucionó por completo su relación.
En cuanto a mí, hice esta declaración por primera vez cuando tomé una decisión vo-
luntaria de seguir a Jesús. Y hasta el día de hoy se demuestra Su poder enmi vida.
“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro”.
- Mateo 16:16
Declarando a Jesús
como el Mesías