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Esther Lim solía ser esa hija de misioneros en Indonesia con historias
extrañas. Años más tarde, ella está feliz de compartir las historias de
la obra de Dios en su vida como escritora independiente y viajera.
Vive actualmente con su marido médico en Coos Bay, Oregon, y
juntos sueñan conmás aventuras por venir.
Nota del QT
“Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro.
¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! . . . ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! ”. –
Eclesiastés 4:9–10, 12b (NVI)
Lacuerdadetreshilos
Uno de mis mayores motivos de oración cuando empecé la universidad era que Dios
me diera una buena hermana, una amiga para toda la vida con quien pudiera crecer
y en quien pudiera confiar. ¿Por qué? Durante la mayor parte de mi vida yo había
sido un marimacho. Desde comienzos de la primaria, descubrí que prefería jugar al
fútbol con los chicos, que jugar a las Barbies con las chicas. En la escuela secundaria,
contaba con un grupo incondicional de amigos varones, pero ni una sola amiga
cercana.
Déjame decirte, esto se convierte en un verdadero problema cuando uno llega a la
edad de casarse. Mis amigos varones eran dignos de confianza, pero incluso yo sabía
que había algunas cosas que jamás podría compartir con ellos. Había un límite en la
profundidad de nuestra amistad.
Fue entonces cuando Dios contestó mi oración, enviando no sólo a una, sino a dos
hermanas increíbles. Nada de rencores, nada de juicios. Sólo aceptación y amor—
del tipo que me animaban a servir fielmente a Dios y que no temían exhortarme
suavemente cuando fuera necesario—. Estas amigas fueron las que escucharon mis
quejas inducidas por el estrés en la universidad, supieron cómo guiarme con los
primeros signos de mal humor y me consolaron por la muerte de un ser querido.
Aunque ahora estamos esparcidas alrededor del mundo, todavía dedicamos tiempo
para ponernos al día mutuamente. Lo más importante; sé que oran por mí, como yo
lo hago por ellas.
¿Tienes un amigo/a que te ayudará cuando caigas, quien es un recordatorio físico de
la bondad de Dios en tu vida y que estará junto a ti en todas las circunstancias? Si no
es así, no tengas miedo de pedirle a Dios algunos refuerzos.