Página 10 - TCDVV AGOSTO 2014-AVANCES

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con cinco panes y dos pescados comieron cinco mil personas, lo niegan di-
ciendo: “Eso es imposible”.
Piensa detenidamente: a pesar de que vives en el mundo del sentido co-
mún, ¿acaso no te encuenras con acontecimientos que trascienden la racio-
nalidad y tu intelecto? ¿Cuántos no pueden dormir de noche por temor? La
lógica los lleva a medicarse, y parece que se resuelven los problemas hasta un
cierto punto. No obstante, el problema continúa. Todos morirán algún día;
pero, ¿cómo podrá solucionar la razón el tema de la vida después de la muer-
te? Por eso es necesaria la fe.
La fe es la llave que abre un nuevo mundo. Si piensas con la lógica y el ra-
zonamiento, rechazarás a Dios, diciendo: “¿Cómo pudo crear al universo con
la palabra? ¿Cómo pudo Jesús caminar sobre el agua?”. Sin embargo, con fe,
puedes verlo espiritualmente, y tendrás la seguridad de que el Señor todo lo
puede. ¿Cómo puedes aceptar con la razón, en el Siglo XXI, que si crees en
que Jesús fue crucificado unos dos mil años atrás, serás salvo e irás al Cielo?
Por eso no hay milagro más grande que creer en que Él murió en la cruz por ti.
La esperanza que estropea a la frustración
La esperanza es la llave que abre la puerta al futuro, y tiene el poder de im-
pedir la frustración. Quienes no creen en Dios llaman a la esperanza “deseo” o
“sueño”. Bíblicamente se puede expresar con dos palabras: una es “misterio”
(Colosenses 1:27) y la otra es “promesa” (Hechos 26:7). Lo que ya está expues-
to no es un secreto; lo es porque aún no se conoce. Es por eso que el secreto
implica sentido del futuro, y es lo desconocido del secreto lo que da lugar a la
esperanza. El secreto que guarda el cristiano es sobre la esperanza de la glo-
ria de Cristo, y debe continuar aprendiendo sobre Él. Los cristianos son per-
sonas que aguardan la esperanza bienaventurada (Tito 2:13). La esperanza es
como el “ancla del alma”, segura y firme (Hebreos 6:19), por eso si te aferras
a ella no te tambalearás jamás.
El amor reaviva la vida
No es lo mismo decir “Dios es amor” que “el amor es Dios”; porque si dices
lo segundo, se puede generar un malentendido: que el amor del Padre tam-
bién es el amor erróneo de los hombres, el cual es condicional y momentáneo;
una emoción, y por eso es muy cambiante.
Por el contrario, el amor de Dios es intencional, pues decidió amar a los
hombres inmersos en el pecado. Por eso los ama, aunque no lo merezcan. Su
La fe, la esperanza y el amor son inseparables, como la Trinidad.
El amor tiene que ver con el Padre, la fe con Jesús y la esperanza con el Espíritu
Santo.
Sin fe no hay esperanza, sin esperanza no hay amor,
y sin amor no hay fe.
Estos tres se ayudan sistemáticamente y se influencian
.