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dios principal de los filisteos, se ha mostrado totalmente incapaz de
contrarrestar las maldiciones de Jehová sobre este pueblo. En esta
historia, Jehová es el Único Dios Soberano y Todopoderoso. Si bien el
arca del pacto simbolizaba la presencia de Dios, no era un talismán que
les garantizaba la victoria a los que lo tenían. El pueblo de Jehová debía
obedecer a la ley de Dios.
Samuel y Saúl (7:3-14:52)
En primer lugar, Samuel registra la transición del período de los jueces
(Elí y Samuel fueron los últimos) a la monarquía. En el capítulo 7, Samuel
es presentado como un profeta y juez ideal que juzgará a Israel. Él hace
un llamado a todo el pueblo de abandonar la idolatría y servir al único
Señor (Jehová). Como resultado de esto, el Señor escucha sus oraciones y
los israelitas vencen a los filisteos en la batalla entre Mizpa y Sen (Eben-
ezer). En el capítulo 8, cuando ya Samuel estaba viejo, como sus hijos no
anduvieron por los caminos de su padre, el pueblo de Israel pidió un rey.
El pasaje central que explica la transición entre el tiempo de los jueces a la
monarquía, se encuentra en 8:4-7.
El versículo 5 revela el deseo humano de tener un rey que liderara Israel
“como tienen todas las naciones”. Pero Dios había levantado Israel como
una nación única (Éxodo 19:5-6). Justamente, “lo que hacía único a Israel
era que Jehová era su Rey. Dios deseaba que Israel fuera un testimonio
viviente para el resto del mundo de cuán glorioso es vivir bajo la autoridad
de Dios”. Sin embargo, Dios le dice a Samuel que obedezca la voz del
pueblo (8:7), ungiendo más tarde a Saúl como el primer rey. Saúl era de la
tribu de Benjamín (capítulo 9) y fue ungido y proclamado como rey en el
capítulo 10.
En el capítulo 11, Saúl demuestra ser un soldado valiente, además de un
buen líder, al vencer a los amonitas en Jabes de Galaad. En el capítulo
12, Samuel reprende al pueblo por su maldad de pedir un rey como las
demás naciones y les insta a temer al Señor y a obedecerle. Además, en
“su discurso final” les asegura que el Señor no desamparará a Su pueblo
“por su grande nombre” (12:22). Les advirtió con insistencia que debían
permanecer cerca del Señor.
Saúl continúa peleando contra los filisteos (capítulos 13-14), pero los
últimos capítulos trata sobre la desobediencia de Saúl y el fin de su reinado.
(13:8-14; veáse también 15).
Escrito por Cristian Rata