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TcD Vida Viva •
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Miércoles: La predicción de la destrucción (24:1-26:5)
Jesús anuncia las señales que se manifestarán en el fin de los días. Apa-
recerá el anticristo, habrá alborotos, guerras, hambruna y terremotos.
Los discípulos de Cristo serán aborrecidos por el mundo, y sufrirán
martirio. De la manera en que podemos conocer las estaciones del año
viendo las ramas y las hojas de la higuera; estas señales nos revelarán
sobre el cumplimiento de los tiempos escatológicos. Nadie sabe el día
ni la hora, por lo que debemos ser como los siervos fieles y prudentes
que cumplen con sus responsabilidades; esperando a su señor que lle-
gará inesperadamente. Seamos como las cinco vírgenes prudentes que
espera al novio, con aceite. De la misma manera en que los siervos que
han recibido talentos trabajan para obtener ganancias para el día en el
que rendirá cuentas con su señor, debemos nosotros ser sabios y hacen-
dosos. Jesús volverá en los últimos días y enviará a los impíos al casti-
go eterno; mientras que a los justos, a la vida eterna.
Jueves: Es arrestado (26:6-75)
Ungido con perfume (26:6-16)
Jesús se encuentra en casa de Simón el leproso, en Betania, sentado en
la mesa, cuando una mujer derrama un alabastro de perfume sobre Su
cabeza. Los discípulos se enojan y le critican por haber desperdicia-
do un perfume tan costoso. Pero Jesús sabe que la mujer le está prepa-
rando para su sepultura. Es por ello que la anima, declarando que sus
obras serán recordadas en el tiempo. El libro de Juan registra que Ma-
ría derramó el perfume sobre los pies de Jesús (12:3). Lucas se refiere
a una mujer muy pecadora, ungiendo con aceite los pies de Jesús en la
casa de un fariseo (Lc. 7:36-50). Por otra parte, Judas Iscariote, enoja-
do por esto, sale al encuentro del sumo sacerdote y conviene con él la
forma para entregar al Maestro.
La Santa Cena (26:17-35)
Los evangelios sinópticos lo describen como una comida pascual; sin
embargo, es poco probable que un concilio judío haya arrestado, inte-
rrogado y ejecutado a algún delincuente en el día de la Pascua. Como
está señalado en Juan, es más lógico pensar que todo esto ocurrió en
el día anterior a la Pascua. El pan y el vino son más recurrentes en una
comida normal, que en una comida pascual. Jesús anuncia la traición
de Sus discípulos en esa misma noche.