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Introducción bíblica
Ezequiel (3)
Juicioa lasnaciones
Dios juzgará a lasnaciones por haber añadido sufrimientoa Israel. Siguiendoel
ejemplo de otros profetas, Ezequiel da testimonio de que ciertamente Dios los
juzgará porque se han enemistado con Israel y con el reino de Judá. Se han
enaltecidopor supodermilitar yeconómico, conoceránqueÉl esJehová, elDios
Viviente. Ningunanación soberbia delantedeDios, permanecerá.
Juicio a las naciones (cap. 25-32)
Dios le revela al profeta Ezequiel el futuro de Judá y el de las naciones. El
libro de Ezequiel registra que el profeta escuchó y profetizó la Palabra de
Dios en diferentes situaciones. Profetiza sobre la destrucción y la restaura-
ción de Jerusalén.
Juicio a Amón (25:1-7)
Inmediatamente antes de que el ejército babilónico sitiara y destruyera a la
ciudad de Jerusalén, Ezequiel ve morir a su amada esposa (24:1, 18). Con-
forme al mandato de Dios, no puede entristecerse, ni derramar lágrimas por
ello. Tampoco puede comer. De esta manera, representa al pueblo, que no
podrá entristecerse, ni llorar cuando vea la destrucción de Jerusalén o la pro-
fanación del templo.
Lejos de condolerse con ellos, hay quienes se burlan y se gozan de la trági-
ca destrucción de Jerusalén, que son las naciones gentiles, los enemigos de
Israel. Dios pronuncia juicio contra Amón, en primer lugar. Sus ciudades se-
rán desoladas; su pueblo será cortado de entre los pueblos, y perecerán. Res-
pecto a los hijos del oriente que los destruye, hay cierta controversia. Hay
quienes sostienen que se trata de Arabia, que se encuentra hacia el oriente;
y otros, dicen que se trata de Babilonia, un país que históricamente conquis-
tó sus tierras. La Biblia podría referirse literalmente, más allá de Harán, la
frontera al Norte de Siria, Aram (Génesis 29:1).
Juicio a Moab (25:8-11)
Moab y Amón nacen de una misma familia (Génesis 19:30-38). Al igual que
Amón, Moab será destruido por los hijos de los orientales. Ellos han sido