Página 7 - AvanceTCDVV-JUNIO2014

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“En total tuvimos treinta y cinco dis-
cipulados y a dieciocho fieles de los que
más se familiarizaron con TcD. Les asig-
namos una pareja para que compartie-
ran su devocional por teléfono, o por
medio de mensajes, al menos dos ve-
ces a la semana. Ahora, gozamos con
la bendición de que cada vez se profun-
diza más en la Palabra a través de las
reuniones del devocional; y al hacerlo
notamos el cambio en cada familia. Por
medio de esto, padres e hijos logran co-
municarse. Creo que es lo más eficien-
te para resolver problemas familiares;
por eso los insto a que lo hagan como
culto familiar”.
Vivimos la presencia de Dios
a través del tiempo devocional
“que dura todo el día”
Lo que el pastor Yu les enseña con
énfasis es que TcD es una reunión diaria
con Dios. A pesar de que los fieles llevan
adelante una vida de Palabra y oración,
a menudo se desvían del Señor. Enton-
ces, el pastor les pide que lo superen de
la siguiente forma: “Deben meditar ‘du-
rante todo el día’ la Palabra que Dios les
dio; deben sentir su presencia en la inti-
midad, a través del tiempo devocional”.
Tal vez habrá sido por la historia es-
pecial del pastor, pero el tiempo devo-
cional de los fieles fue madurando; y
comenzaron a ver el fruto del cambio en
cada uno de ellos. En tan sólo tres me-
ses una de las congregantes mostró una
transformación increíble: “No estaba se-
gura de querer hacerlo; pero, empecé a
llevarlo diariamente porque me vi com-
prometida a compartirlo con alguien.
Lo hago junto con dos personas por me-
dio de mensajes de texto; me gusta por-
que logro ordenar mi devocional”.
La diaconisa responsable del grupo
de los cincuenta/sesenta años, confiesa:
“Me reúno todos los martes con la gen-
te mayor, y lloro todas las semanas. Re-
cibo mucha gracia cuando comparten
lo que subrayaron, a pesar de que se les
hace difícil”.
Otra congregante nos cuenta que su
rostro se ilumina cada vez más. Su com-
pañera nos asegura que para ella Dios
era alguien lejano; pero, que gracias a
los devocionales, vive lo que el Señor
le habla de cerca. Además, la relación
con su hija adolescente mejoró mucho.
Otra feligrés comparte que la Palabra
dejó de ser algo ajeno, y pudo abrir su
corazón para reconciliarse con quienes
se llevaba mal.
No puede faltar el testimonio de
otra de las mujeres, quien explica que
gracias a su relación con Dios por me-
dio de TcD, ella se transformó: “Siem-
pre me excusaba diciendo: ‘Es que mi
esposo’,’Es que mi hijo’; estaba confun-
dida creyendo que yo era perfecta. Sin
embargo el pastor me enseñó a decir:
‘Yo’”.
En esta congregación, en la que
desde los más pequeños hasta los más
ancianos se esfuerzan para hacer el de-
vocional, se saludan preguntándose:
“¿Hiciste tu TcD?”. En uno de los mu-
ros del edificio dice: “Hacer el tiempo
devocional lo puedo en Cristo, que me
fortalece”.