Página 5 - AVANCESTcDVV-NOV2014

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porque había recuperado la fe y la seguridad. Sólo había copiado la Palabra, pero
eso me había alentado. La Palabra es poder. Fue un momento sorprendente en el
que me di cuenta de que la Biblia es el mayor obsequio que Dios me pudo dar en
la vida.
Así, Dios me entrenó un año para que me concentrara en amarlo. Hace unos días
recibí la invitación para capacitar a unos líderes nativos. Me sentí muy agradecido
e impresionado porque la oportunidad de instruir a alguien con la Palabra no llega
porque lo busquemos, o porque lo deseemos. Era la puerta para la prédica del
Evangelio que Dios me abrió tras un año de haberme enseñado.
“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre” (Juan 1:14). Jesucristo,
la Palabra Viva de Dios, purificó a mi familia y a mí a través de la Biblia que da
testimonio de Él; y también confío en que con esa Palabra limpiará a Vietnam.
La Palabra es la única esperanza de esta tierra, y la Iglesia que sufre persecución
sólo puede obtener fuerza por medio de Jesús, quien es el Pan de Vida. Así como fui
sanado con la Palabra, confío en que este país también será sanado por la Palabra
del Señor. Deseo que esta tierra sea restaurada con la sangre preciosa que derramó
Jesús en la cruz.
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