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P i o n e r o s d e l a M i s i ó n
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Mediterráneo
París
Marsella
Lo
importante
Kim Hyo-soo - Misionero de WEC ministerio internacional
MÁS
Y
a pasaron 20 años desde
que partí de mi pueblo na-
tal y llegué a Marsella, al Sur
de Francia, pasando por Ruma-
nia y Senegal. Al recordarlo su-
cedieron muchas cosas. Tuve
varios accidentes de tránsito,
me enfermé gravemente, per-
dimos un bebé, lloré a la dis-
tancia cuando fallecieron mis
padres , y esperé doce años
cargados de culpa hasta que
mi hija de esa edad comenzó
a hablar. Incluso fui hasta los
tribunales porque dos herma-
nos de la iglesia de una aldea
de Senegal junto a los lugare-
ños me demandaron. Y al final,
fuimos reasignados a Francia por la seguridad de los ciento cincuenta traba-
jadores, porque no deseábamos que se convirtiera en un asunto social y tam-
poco queríamos que se dividiera la iglesia. Una vez allí, con la ayuda de los
religiosos franceses construimos una iglesia. Además, afortunadamente, los
senegaleses que me denunciaron se arrepintieron y se disculparon pública-
mente, declarándome inocente.
Por un tiempo regresé a Senegal y realicé un ministerio, lo que me hizo acor-
dar las palabras del misionero inglés Pritchard, quien nos delegó la misión.
Cuando él volvió a su país luego de cuarenta años de ministerio, la iglesia que
lo había enviado ya no existía, y tampoco había quien lo recordara a él. A no-
sotros también nos llegaban las noticias de que los misioneros con más expe-
riencia que nosotros ya se habían retirado y vivían en hospicios y geriátricos.
Así, la anécdota de Pritchard pasó a ser nuestra historia también. Cuando vol-
vimos viejos y enfermos, la iglesia nos había despedido y tuve la triste sensa-
ción de que la gente nos había olvidado, también.
Los judíos que regresan a su tierra tras estar cautivos, no pudieron reedificar
el templo durante diez y seis años porque estaban ocupados reconstruyendo
sus vidas y sus hogares (Hageo 1:4-9). Sin embargo, el objetivo por el que vuel-
ven a Jerusalén y lo que era más importante era construir el templo que había
sido destruido. La reedificación no era solamente construir un edificio, sino