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Esther Lim solía ser esa hija de misioneros en Indonesia con historias
extrañas. Años más tarde, ella está feliz de compartir las historias de
la obra de Dios en su vida como escritora independiente y viajera.
Vive actualmente con su marido médico en Coos Bay, Oregon, y
juntos sueñan conmás aventuras por venir.
Nota del QT
“Realmente Dios nos ha rechazado, pero no lo hará para siempre. Nos hace
sufrir y nos aflige, pero no porque le guste hacerlo. Nos hiere, pero nos tiene
compasión, porque su amor es muy grande”. - Lamentaciones 3:31–33
AunqueÉlNosHaceSufrir
Tal vez fue porque crecí en un entorno protegido. Yo tuve un hogar tranquilo y una
familia amorosa. Asistí a una pequeña escuela internacional rodeada de compañeros
cristianos. La infancia fue maravillosa, los años de adolescencia (a pesar de algunos
contratiempos no muy felices) fueron manejables y el bachillerato fue un paseo
bastante suave.
Así que cuando me encontré con mis primeros problemas del mundo real en la
universidad—choque cultural, nostalgia (no te engaño, la casa en ese momento
quedaba a dieciséis mil kilómetros de distancia), soledad—me pregunté qué había
salido mal. ¿No era Dios un buen Dios? ¿No estaba haciendo yo lo mejor que podía
para ser una buena cristiana? ¿Y no se suponía que sólo le ocurrían cosas buenas a los
cristianos? Estaba equivocada.
Las escrituras registran innumerables casos de desgracias que recayeron sobre el
pueblo de Dios. De hecho, ¿puedes pensar en alguien cuya historia no involucre
algunas manchas oscuras y lúgubres? La historia humana como la conocemos y
los acontecimientos actuales revelan que los cristianos tenemos apuros en todo el
mundo. No puedo decir que mi experiencia de sufrimiento en realidad se compare
con alguna de las anteriores, pero sin duda sentí el peso de mi propia amargura y
confusión en el momento.
Lo que me ayudó a entender fue una estrofa de una canción de Giny Owens:
PeroTú nunca dijiste que sería fácil. Tú sólo dijiste que no estaría sola.
¿Y esa parte que
pensamos que todo va a ser color de rosa? Resulta que tú y yo nos la inventamos.
Dios nunca prometió una vida libre de problemas. De hecho, a veces Él nos permite
experimentar dificultades por algún propósito que tal vez aún no sea evidente para
nosotros. Pero lo importante para recordar es que debido a que Él es compasivo e
inagotable en su amor, Él siempre, siempre camina con nosotros pese a todo.