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Esther Lim solía ser esa hija de misioneros en Indonesia con historias
extrañas. Años más tarde, ella está feliz de compartir las historias de
la obra de Dios en su vida como escritora independiente y viajera.
Vive actualmente con su marido médico en Coos Bay, Oregon, y
juntos sueñan conmás aventuras por venir.
Nota del QT
Y oí que del trono salía una fuerte voz que decía: “Aquí es donde Dios vive con su pueblo. Dios vivirá
con ellos, y ellos serán suyos para siempre. En efecto, Dios mismo será su único Dios. Él secará sus
lágrimas, y no morirán jamás. Tampoco volverán a llorar, ni a lamentarse, ni sentirán ningún dolor,
porque lo que antes existía ha dejado de existir”. - Apocalipsis 21:3–4
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“Si Dios es bueno, ¿por qué Él permite que la gente sufra?”
Ella era una extraña que conocí en una noche lluviosa en la parada del autobús.
Me ofrecí a compartir mi paraguas con ella, y empezamos a hablar. Cuando dio la
casualidad que mencioné que yo iba de camino a casa después de una reunión de
estudio bíblico, se produjo una conversaciónmás profunda.
Ella había ido a la iglesia un par de veces—un amigo con frecuencia la invitaba
a ir—pero dejó de asistir recientemente, porque había una cosa que simplemente
no podía entender. ¿Cómo puede un Dios todopoderoso y omnisciente afirmar
ser bueno, cuando Él no hace nada para detener el sufrimiento en el mundo? ¿Y
qué de los niños que mueren de hambre en África? ¿Y qué de los enfermos y los
moribundos?
Su autobús llegó justo en ese momento, y ahora que lo vuelvo a pensar, ojalá
le hubiera pedido que se quedara para que siguiéramos hablando. Ojalá pudiera
haberle dicho que el sufrimiento nos ayuda a entender lo que es realmente la bondad.
Que este nos da la oportunidad de mostrar la bondad de Dios a los demás. Ojalá le
hubiera dicho que Dios es en realidad bueno, y que las cosas terribles que vemos a
nuestro alrededor no son de la manera que deberían ser. En lugar de ignorar nuestros
gritos de dolor, Él nos muestra gracia y espera con ansias el día cuando Él pueda secar
nuestras lágrimas en un mundo que Él previó desde el principio—uno lleno de luz,
alegría y plenitud—.
¿Alguna vez te han hecho una pregunta similar? Si es así, no te pierdas la
oportunidad de animar a alguien con estas palabras de esperanza. Jamás volví a ver a
mi compañera de la parada de autobús, pero todavía pienso
hoy en día en ella.