Página 5 - AvancesOCT2014-QT

Versión de HTML Básico

Las posesiones materiales son absurdas (5:1–6:12)
Las riquezas no pueden darnos sentido. Más bien, nos ocasionan más problemas.
¿Acaso los hombres y las mujeres no han perdido su buena reputación por el amor
al dinero?
Lo que supone una buena vida (7:1–29)
El Maestro nos invita en los versículos 1–14 a reflexionar sobre una serie de
conceptos aparentemente contradictorios: vale más el honor que el lujo, vale más
el día en que uno se muere que el día en que uno nace, vale más ir a un funeral que
a un festival, y así sucesivamente. El Maestro nos advierte en los versículos 15–29
en contra de tratar de averiguar las respuestas a todas las preguntas de la vida.
La muerte es inevitable (8:1–9:18)
Todas las cosas y todas las personas, tanto los buenos como los malos, se
enfrentan al mismo destino: la muerte. Desde esta perspectiva, la vida pierde
sentido. Pero la muerte no es el final de la vida. Después de la muerte, los justos
serán reivindicados y bendecidos, mientras que los malvados serán castigados
eternamente.
La insensatez es perjudicial (10:1–20)
La sabiduría trae bendiciones, pero la insensatez trae desgracia a la persona, a su
familia, a su trabajo y a sus esferas de influencia. Incluso un poco de insensatez
tiene mayor peso que la sabiduría, las decisiones insensatas pueden llevar a
resultados desastrosos.
Seamos diligentes y disfrutemos nuestra juventud (11:1–12:1–14)
Las inversiones deben estar distribuidas, porque no sabemos cuándo ni dónde
se produzca un desastre, y si no somos diligentes, podríamos perder todo. Los
jóvenes deben disfrutar los días de su juventud, pero también deben recordar que
la juventud y el vigor son fugaces. Acordémonos de Dios porque la vida es corta.
La conclusión es la siguiente: temamos a Dios y obedezcamos sus mandamientos,
porque este es nuestro deber como su creación.
Conclusión
El autor de Eclesiastés puede parecer muy cínico y sin esperanza en su cosmovisión.
Pero su sabiduría no termina aquí. Su búsqueda del sentido de la vida, así como el
nuestro, en última instancia es el siguiente: conocer personalmente a Dios y tener una
relación con Él. Con Dios en el centro, todas las cosas tienen propósito y sentido.
Escrito por
Deolito Vender Vistar, Jr.
QT life
9