Página 9 - AVANCESTcD_ABR_2015

Versión de HTML Básico

13
sotros es Dios. Más específicamen-
te, es Cristo, el Hijo. Por eso, Pablo
explicó la esencia del cristiano en
Gálatas 2:20 como: “y ya no vivo
yo, mas vive Cristo en mí”. Jesús
resucitó para darnos una nueva
vida, y ahora se nos acerca con
Su Espíritu. Por lo tanto, si reci-
bimos a Jesús, quien está vivo,
como el dueño de nuestras vi-
das, viviremos una nueva vi-
da en regocijo, guiados por Él.
C. S. Lewis oró maldiciendo
a Dios al ver a su esposa, Joy,
quien se estaba muriendo de cáncer.
Sin embargo, al ver a su amada que logró superar esa
angustia, tuvo la seguridad de que ella estaba en brazos del Dios Vi-
viente. En su libro “Una pena en observación” describe la muerte de
Joy: “Ella dijo, no dirigiéndose a mí, sino al sacerdote: “Estoy en paz
con Dios”. Y sonrió. Pero no me sonrió a mí. Fue una sonrisa para el
Señor. Y se fue al lugar de la eternidad”.
Luego de un tiempo, Lewis confesó que aquella hermosa despedida con
su esposa fue posible, porque ambos habían recibido a Jesús como su
Salvador. Y describió el gozo que el Señor le dio al dejar entrar a Jesús
en su vida, en el libro “Sorprendido por la alegría” (Surprised by Joy).
Y aseguró que aquella alegría no lo abandonó ni en el momento más
angustiante de su vida, y los protegió.
¿No necesitan usted esta alegría? Reciba a Jesús, quien está vivo, como
su Señor y Salvador, y goce día a día del regocijo que Él nos da. Deseo
verlo gozar del obsequio de una vida alegre y de una hermosa elección.
Fotografías: Equipo de fotografías de Duranno, shutterstock
Pastor Lee Dong-won
 Es el pastor emérito de la Iglesia Global Mission Church de Corea,
y se dedica a restaurar a los pueblos y a transformar el mundo desde su puesto como líder de Global
Ministry Network y director de KOSTA. Además escribió numerosas cantidades de libros como “El
primer Evangelio que debemos volver a escuchar” y “El GPS de mi alma”, entre otros.
El obsequio que recibimos cuando aceptamos y perdonamos a nuestro prójimo,
es el regocijo de la vida.
Sólo podremos perdonar si Jesús,
quien puso en práctica el perdón, está en nosotros.
Pida Su ayuda para vivir una vida
de genuino perdón y regocijo.