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rol importante entre la comunidad en donde se leería el libro del
Evangeli­o. El nombre de Rufo es mencionado también en la carta
que Pablo envía a Roma (Romanos 16:13).
La resurrección de Jesús (16:1-8)
Algunas mujeres fueron al sepulcro de Jesús a ungir su cuerpo
con especias aromáticas. Aunque Nicodemo ya lo había hecho con
mirra y áloes (Juan 19:39-40), ellas también querían hacer algo por
el Señor, así que apuraron sus pasos temprano en la mañana. Estas
mujeres son las primeras en ser testigos de la resurrección de Jesús.
Cuando entraron a la cueva, cuya piedra ya había sido removida,
vieron a un joven vestido de ropa blanca quien les mandó anunciar
la resurrección del Señor a Pedro y a los discípulos. Es probable que
haya mencionado explícitamente a Pedro, pues él había negado al
Señor. Las mujeres salieron del sepulcro, incapaces de decir algo por
el temor que sintieron.
Los manuscritos antiguos de Marcos terminan aquí; se trata de
un fin un tanto abrupto. Es posible que Marcos haya enfermado, y
muriendo, no haya podido finalizar con sus escritos, o que los aca-
bara, pero que parte del texto original se haya perdido.
Evidencias de la resurrección, la Gran Comisión, la ascensión (16:9-20)
Los manuscritos más antiguos no contienen esta parte. Es por
ello que muchos eruditos bíblicos creen que esta sección haya sido
añadida más tarde. Hay ciertas versiones de la Biblia que colocan
esta parte entre paréntesis, dando a entender que es un pasaje aña-
dido. Probablemente esta sección se haya basado en los otros libros
del evangelio (ref. Juan 20:11-18; Lucas 24:13-35).
Luego de su resurrección, y antes de su ascensión, Jesús mandó
a sus discípulos a ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. La
parte que dice que cuando bebieran cosa mortífera o tomaran en las
manos serpientes, sin sufrir daño, se encuentra solamente en este li-
bro. De hecho, los discípulos salieron con el Evangelio y realizaron
muchas señales; así es que la añadidura es posible, pues se conocían
las obras de los discípulos.