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Una hermosa elección (2) del Pastor Lee Dong Won
Toda desesperanza nace del temor que te-
nemos en nuestros corazones por no poder
superar situaciones o entornos difíciles. En
aquellos momentos nos vemos tentados en
querer abandonar nuestras vidas. ¿Los cris-
tianos también tendrán tal tentación? Sí,
pueden tenerla y podemos hallar evidencia
sobre ello en 2 Corintios 1:8-11, porque el
apóstol Pablo también la tuvo; y dice en el
versículo 8: “Hermanos, no queremos que
ignoréis acerca de la tribulación que nos so-
brevino en Asia, pues fuimos abrumados en
gran manera más allá de nuestras fuerzas,
de tal modo que aun perdimos la esperanza
de conservar la vida”.
Pablo expresa allí que hasta perdieron la es-
peranza de conservar la vida. No sabemos
con precisión cuál era aquél sufrimiento, pe-
ro probablemente debe haber sido la perse-
cución que padeció por predicar, que lo dejó
preso a la espera de ser lanzado a los leones,
y fue ignorado por sus compañeros también.
Sin embargo, lo importante aquí es que Pablo optó por la esperanza, en lugar de
la frustración. Hoy intentaremos encontrar los fundamentos de la esperanza que el
apóstol Pablo eligió en medio de la desesperación.
Por confiar sólo en Dios y no en mí
Pablo recordó a Dios en una situación desalentadora y meditó quién era Dios. ¿Cuál
es la conclusión de tal meditación? Que “Dios es quien resucita a los muertos”. En
el versículo 9 dice: “Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que
no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”, por
A menudo la aflicción es el secreto
para una instrucción especial de Dios,
para que los cristianos aprendamos a dejar de lado al “yo” que es nuestro ídolo.
Por medio de la desesperanza, experimentamos la muerte de nuestro ego y
la vida de fe que antes era “Dios y yo” madura hasta llegar a ser “sólo Él”.