Página 12 - TCD_FEBRERO_2015_AVANCES

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Una hermosa elección (2) del Pastor Lee Dong Won
Quien se haya librado del su-
frimiento, por medio de la Pa-
labra, no se frustra ante las
af l icciones actuales porque
cree en que Dios, quien lo
acompañó y respondió a sus
oraciones sacándolo del dolor
con la Palabra de la promesa,
lo protegerá hoy también con
la misma Palabra. Es por esto
que es muy importante vivirlo
en carne propia, para que así
pueda convertirse en la fuer-
za que nos impulsa a transitar
el camino de la fe como dice
en Salmos 34:8: “Gustad y ved
que es bueno Jehová. ¡Bien-
aventurado el hombre que confía en él!”. El fundamento para poder vencer la des-
esperanza es justamente sentir a Dios, cuya experiencia debe concretarse siempre
en la Palabra.
Por presentarse ante la oración
que es la fuente de la fe
Lo que salvó a Pablo de la desesperación fue la fe en Dios y el haber experimentado
Su gracia. Sin embargo, lo que le permitió esa vivencia fue la oración en sí. Hasta
que no aprendamos lo que es la oración, no podemos decir que nuestra fe es perfec-
ta. Así como una campana no es una campana hasta que pueda emitir sonido algu-
no, y como una canción no es canción hasta que sea cantada, y el amor no es amor
hasta que no amemos; la fe no llega a ser fe hasta que no oremos, porque justamen-
te la oración es la columna que forma la fe. Por eso, Pablo se pone de pie en medio
de la tribulación, aferrándose a Dios; y le pide a los fieles de la Iglesia de Corinto
que intercedan por él: “Para ello contamos con vuestras oraciones a nuestro favor;
y así, siendo muchos los que interceden por nosotros, también serán muchos los que
darán gracias por el don concedido a nosotros” (v. 11). Porque Pablo sabía que al fi-
nal compartiría gratitud y esperanza genuina con todos aquellos que oraron por él
si seguía el camino de la fe en la oración.
El pastor Clarence Jordan falleció repentinamente el 29 de octubre de 1969, a cau-
sa de un infarto. La familia de Koinonía se reunió para velarlo en una modesta ce-
remonia y lo enterraron en un cajón de madera; inmersos en la tristeza al ver cómo
su amado líder volvía a la tierra. Pero, de repente, un niño comenzó a cantar: “¡Que
los cumpla feliz, que los cumpla feliz, que los cumpla, querido pastor...!”. Enton-