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Introducción bíblica
Jesús sana al mundo (14:1-17:27)
La muerte de Juan el Bautista (14:1-12)
Herodes, el tetrarca, manda a decapitar a Juan el Bautista por haber
señalado su pecado.
Jesús alimenta a cinco mil (14:13-21)
Muchos de los que siguen a Jesús, reciben sanidad de sus enfermeda-
des. Al caer la noche, el Señor manda a Sus discípulos a dar de comer
a la multitud. Lo único que tienen en sus manos son cinco panes y dos
pescados. Después de bendecir los alimentos, Jesús parte el pan. Cin-
co mil, sin contar las mujeres y los niños, son los que comen hasta sa-
ciarse, quedando doce cestas de sobra.
Jesús camina sobre las aguas (14:22-33)
Jesús hace entrar a sus discípulos en la barca y se aparta de la multi-
tud para orar. Cuando todavía es de noche, a la cuarta vigilia (de tres
a seis de la mañana), se levanta un viento contrario que dificulta la na-
vegación. Caminando sobre las aguas, el Señor les dice a los discípulos
que están turbados, que no teman. Pedro desciende de la barca, y an-
da sobre las aguas, pero al ver el fuerte viento, tiene miedo y comien-
za a hundirse. Jesús lo salva y él confiesa que Cristo es el Hijo de Dios.
Llegan multitudes de enfermos (14:34-36)
Los enfermos llegan a Genesaret, al otro lado del Mar de Galilea. Todos
los que tocan el borde del manto de Jesús, quedaron sanos.
La tradición de los ancianos (15:1-20)
Los fariseos y los escribas van a tentar a Jesús. Critican a Sus discípu-
los de no guardar la tradición de los ancianos al no lavarse las manos
antes de comer. Pero Jesús señala su pecado de quebrantar la Ley de
Dios, por su tradición. El hombre no se contamina porque come sin la-
varse las manos, sino por los pensamientos malos y pecaminosos que
provienen del corazón.
La fe de la mujer cananea (15:21-28)
Una mujer cananea acude a Jesús y le pide sanidad para su hija ende-
moniada. El Señor le dice que fue enviado solamente a los judíos y se
refiere a los gentiles como ‘perros’, pero lo dice para probar la fe de
aquella mujer. Por medio de esta declaración, Jesús nos lleva a reflexio-
nar sobre la verdadera identidad de Israel. Deja manifiesto que Él es el
Mesías, que ha descendido no solamente por los judíos, sino por toda
la humanidad. En esto creyó y esperó la mujer, recibiendo la sanidad
de su hija, conforme al deseo de su corazón.
Sanidad y alimentación (15:29-39)
Jesús sana a muchos enfermos que llegan junto al Mar de Galilea, ade-
más de alimentar a la multitud que estaba hambrienta. Con siete panes
y unos pocos pescados, comen cuatro mil hombres, sin contar a las mu-
jeres y niños; y de lo que sobra, recogen siete canastas llenas.