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TcD Vida Viva •
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La señal de Cristo (16:1-20)
Los fariseos piden una señal mesiánica a Jesús, pero Él les dará la señal
de Jonás. También les advierte a Sus discípulos de cuidarse de las ense-
ñanzas de los fariseos y los saduceos. Jesús y Sus discípulos se encuen-
tran en Cesarea de Filipos, una ciudad fundada para conmemorar al
emperador romano y a Felipe, el tetrarca. Ante la vista de las obras de
los reyes de este mundo, que se jactan de sus propios méritos, Jesús les
pregunta a Sus discípulos: “¿quién decís que soy yo?”. Esta pregunta to-
ma un sentido especial considerando que Jesús está próximo a Su via-
je a Jerusalén y, en poco tiempo más, la fe de los discípulos será puesta
a prueba en términos extremos. Pedro o Simón, hijo de Jonás, respon-
de que Jesús es el Mesías, el Hijo del Dios Viviente. Jesús lo felicita por
ello y le da un nuevo nombre: Pedro, en griego; o Cefas, en arameo, que
significa ‘roca’. La Iglesia es fundada sobre la roca de la fe, como la con-
fesión de fe de Pedro. Y la llave del Reino de los Cielos es dada a todos
los que creen y confiesan a Jesús como el Cristo, como lo hizo Pedro.
La pasión y la resurrección (16:21-28)
Por primera vez, Jesús anuncia a Sus discípulos la pasión o el sufrimien-
to que padecerá en la cruz. Pedro trata de reconvenirle y el Señor lo re-
prende con dureza. Los discípulos piensan solamente en la gloria que
recibirán. Y es inconcebible para ellos que el Mesías padezca el castigo
de la cruz. Sin embargo, la gloria vendría solamente mediante el sufri-
miento y la muerte.
La gloriosa transfiguración (17:1-13)
Jesús lleva aparte a tres de los discípulos a un monte. No se conoce
con precisión su ubicación, pero se cree que podría ser el Monte Her-
món, el pico más elevado de la
cordillera del Antilíbano. El ros-
tro de Jesús resplandece como el
sol, y Su ropa es blanca como la
luz. Los tres discípulos ven junto
al Maestro, a Moisés y a Elías. Pe-
dro siente tanta conmoción, que
sugiere construir tres enramadas.
Jesús advierte a los tres de no con-
tar nada antes de Su resurrección.
Ellos preguntan por qué es nece-
sario que venga Elías antes de la
aparición del Mesías y Él le dice
que Juan el Bautista es el profe-
ta Elías, según la vista espiritual.
Sana a un endemoniado (17:14-21)
El padre de un muchacho ende-
moniado se acerca a Jesús, quien
había descendido del monte, pa-
ra pedir por la sanidad de su hi-
jo. El Señor reprende la falta de
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