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ramos querido ir; decidiríamos a qué fiestas asistir siguiendo nuestros intereses.
En cambio, Jesús acudió, a pesar de que no era la boda de alguien importante.
Esa es justamente la expresión de un amor abundante, pues el Señor nos consi-
dera valiosos a todos: seamos de la ciudad o de una pequeña aldea, seamos influ-
yentes o no; siempre se nos acercará con abundante amor.
¿Qué hizo Jesús cuando se acabó el vino? No hizo nada que llamara la aten-
ción. Simplemente mandó que los siervos llenaran las jarras con agua para des-
pués transformarla en el fruto de la vid, todo para que el nuevo matrimonio no
pasara vergüenza ante los invitados. El amor maduro es aquel que cubre la falta,
haciendo que, no sólo abunde, sino que sobre. Un amor así rescata a su prójimo
del peligro y lo protege de la dificultad.
En Marcos 6:30-44, Jesús trató de dirigirse a un lugar tranquilo para descan-
sar; pero, las personas lo siguieron y lo esperaron. Él sintió compasión por esa
multitud, así que terminó enseñando la Palabra de verdad que necesitaba aquel
grupo. Satisfizo el hambre espiritual de la gente. Al caer la noche, en lugar de
enviar a sus oyentes al pueblo cercano para que cada uno comprara de comer,
Jesús los alimentó allí mismo, por medio del milagro de la multiplicación. Toda
la muchedumbre se alimentó, y además sobraron doce canastos que aún tenían
comida, lo cual significa que las miles de personas que se encontraban allí co-
mieron hasta estar satisfechas.
De esta manera, el Señor alimenta espiritual y físicamente.
Abundar
signifi-
ca que algo rebosa; y el amor abundante de Dios no sólo nos llena a cada uno
de nosotros, sino que lo hace hasta rebosar y llenar a los demás. Nosotros reci-
bimos abundante amor a través de Jesucristo, así que tengamos fe en que Dios
ya nos dio ese amor. Nuestro ser no hallará descanso hasta que no acudamos al
amor gratuito de Dios. Cuando hagamos eso alentemos al prójimo y podremos
ayudar a salvar al mundo.
La abundancia de Dios llena todas nuestras faltas;
por eso, su amor no nos deja sedientos e insaciados.
“Abundar significa que algo rebosa;
y el amor abundante de Dios no sólo nos llena a cada uno de nosotros,
sino que lo hace hasta rebosar y llenar a los demás.
Autor: Ha Yong-jo
Fotografías: Equipo fotográfico de Duranno y Shutterstock
El pastor Ha Yong-jo fundó la congregación Onnuri, la biblioteca Duranno y CGN TV. Hizo hinca-
pié en una vida de fe equilibrada a través de la oración, la Palabra y el Espíritu Santo. Se adelantó a sus
tiempos en la difusión del tiempo devocional. Fue un apóstol del amor y un visionario, y aun en medio de
la lucha contra su enfermedad, predicó de Jesucristo y dio su vida por el Evangelio. Entre su legado pode-
mos encontrar más de cincuenta libros, como “Seamos felices teniendo un tiempo devocional” y “Sueño con
una Iglesia como la de los Hechos”.