Página 9 - AvanceTCDVV-JUNIO2014

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Haber crecido significa haber madurado; se-
ñala lo que está completo, como la luna llena. El
que es maduro busca ayudar a los demás y trata
de no hacer lo que pueda perjudicar u ofender.
Cuando hablamos con alguien así, todo se vuelve
más claro y simple, porque tiene una gran sabi-
duría y perspectiva. Es humilde, y nada de lo que
hace es ordinario. Por eso queremos estar cerca.
Por el contrario, cuando hablamos con al-
guien inmaduro nos impacientamos, porque dice
cosas sin sentido. Si seguimos junto a esa per-
sona nuestros asuntos no fluirán bien y no ve-
remos el fruto, porque le falta desarrollarse en
varios aspectos.
El amor maduro es una virtud; pero, el amor
inmaduro es un perjuicio. Pablo explica el amor
maduro y el inmaduro en 1 Corintios 13:11 com-
parándolo con un niño y un hombre.
…Un amor que se destruye fácilmente
Una persona espiritualmente inmadura es la
que habla, piensa y siente como un niño; se en-
capricha, necesita ser mimado y todo lo hace con
torpeza. No puede esperar y por eso se enfada fá-
cilmente por cosas insignificantes y grita.
Un niño carece de conocimiento, sabiduría,
vocabulario y comprensión. Por ende, sólo en-
tiende lo que está a su nivel idiomático. Dice lo
que siente, sin pensar en las consecuencias. No
puede considerar más allá de lo que ve, no cap-
ta la situación.
Un pequeñito sólo vive en el mundo que él ex-
perimenta; un mundo muy simple. Él es el cen-
tro de todo; intenta hacer las cosas a su gusto.
Incluso, algunos viven así de adultos. Esta cla-
se de personas siempre hablan y actúan egocén-
tricamente. Sólo opinan por ellas; exigen amor
y no dan el amor que otros necesitan. Siempre