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Introducción Bíblica
sin embargo, David, en lugar de premiar al mensajero, lo manda a ejecutar
por haber matado al ungido de Dios. El salmista endecha la muerte de Saúl
y Jonatán (1:17-27). Dicho cántico está escrito también en el libro de Jaser,
y empieza refiriéndose a Saúl como “
tzvi
de Israel”, palabra hebrea que sig-
nifica, tanto “gloria”, como “gacela”, pues es común que en las obras litera-
rias hebreas se compare a algún héroe con las características de algún ani-
mal.
David, el rey de Judá (capítulos 2-4)
Al morir Saúl, David es coronado en Hebrón como rey de la tribu de
Judá; aunque existe cierto grupo opositor que se ha levantado en su con-
tra. Los jefes del ejército de Saúl coronan a Is-boset, hijo de Saúl, como rey
de Israel. David permanece siete años y medio gobernando Judá en el lado
sur de Israel. Durante todo ese tiempo se desata una guerra civil en el país;
dos bandos de la misma nación y familia desenvainan la espada para lu-
char; pero, Abner se rinde a David. Sin embargo, existe una persona que se
ha constituido un obstáculo para que se unan David y Abner: Joab, sobrino
del salmista, hijo de Sarvia (hermanastra de David). Este hombre termina
quitándole la vida a Abner, cuando toma venganza por la muerte de su her-
mano, Asael (3:22-27). Desde este momento David padecerá dificultades
por no disciplinar al comandante de sus ejércitos.
David, el rey de todo Israel (capítulo 5)
Luego del asesinato de Is-boset, las tribus de Israel vienen a Hebrón y
se declaran del mismo hueso y carne que David. Los ancianos de Israel un-
gen al salmista con aceite, y al fin, es coronado como el rey de todo. Dado
que el Dios de los ejércitos estaba con él, su reino fue fortaleciéndose. Da-
vid ataca y conquista Jerusalén, morada de los jebuseos, establece allí su
ciudad y engendra muchos hijos de varias esposas y concubinas. Por otro
lado, los filisteos acampan en el valle de Refaim para salir a la guerra con-
tra los israelitas, David obra conforme al mandato de Jehová y obtiene una
gran victoria.
El arca del pacto de Dios (capítulo 6)
Luego de que los filisteos devuelven el arca del pacto de Dios, esta per-
manece en Baala de Judá (Quiriat-Jearim) (1 Samuel 6:1-7:2). David toma
la decisión de traer el arca a Jerusalén. Mientras la traen en un carro nue-
vo, se manifiesta una vez más el poder de Dios: los bueyes que jalan el vehí-
culo tropiezan, y Uza trata de evitar que el arca caiga, extendiéndo su ma-
no hasta tocarla. El furor de Jehová se enciende contra él y lo hiere, cayen-
do muerto al instante.