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Sidecidióviviramandoapasionadamente, puedequeelmundoloaborrezca.Porquenuestras
almas tienendiferentesdueños.Aunqueesosucedanodejedeamar. Viviramandonoesuna
condiciónparalasalvación, sinoqueesel frutoylapruebadelasalvación.
El testimonio que pasa de la muerte a la vida
“Nosotros sabemos que hemos pasado demuerte a vida, porque amamos a los hermanos.
El que no ama a su hermano permanece enmuerte. Todo aquel que odia a su hermano es
homicida y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” (vv. 14-15).
Quien pasa de la muerte a la vida, ama a su hermano; pero quien aún permanece en
muerte, noama a suhermano.
“[...] hemos pasado de muerte a vida, porque amamos a los hermanos”. No debemos
interpretar esto como que “quien ame a su hermano será salvo y pasará de lamuerte a la
vida”. Porque significaque “el amar al hermanoes el testimonioque se trasladade lamuerte
a la vida”. Si traducimos literalmente el hebreooriginal, diría: “Quien viva amando, pasará
de lamuerte a la vida”. Vivir amando no es una condición para la salvación, sino que es el
frutoy lapruebade la salvación.
El frutodequien será salvo se expresa en suobrar.Noobstante, loprincipal de las acciones
es el amor. Quien recibió la salvación ama a su familia y a su prójimo con alegría, en lugar
de clamar “Aleluya” sentado en su silla. Si al ver a su familia no siente nada, arrepiéntase.
Entre a su casa gritando de gozo por ver a su preciada familia. Regale una cálida sonrisa a
su compañerode trabajo. No envidie a sus semejantes. Felicítelos y valórelos, porque esa es
la actituddequienpermanece en la luz.
EscritoporHaYoung-jo
Fotografías/Equipo fotográficodeDuranno, shutterstock
Pastor Ha Yong-jo
Fundó la Iglesia Onnuri, la biblioteca Duranno y CGN TV. Hacía hincapié en una vida de fe
equilibrada a través de la oración, la Palabra y el Espíritu Santo, y se adelantó a la difusión del tiempo devocional.
Fue un apóstol del amor y un visionario que, aun en medio de la lucha contra su enfermedad, predicó sobre
Jesucristo y dio su vida por el Evangelio. Entre su legado podemos encontrar más de cincuenta libros como
“Seamos felices teniendo un tiempo devocional”, y “Sueño con una Iglesia como la de los Hechos”.