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clamando: “Dadle gloria a Dios. Ha caído Babilonia, la gran ciudad. Si
alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca, será atormentado
de día y de noche”. Los ángeles anuncian que los que adoran a la bestia, no
tendrán reposo por la eternidad. Sin embargo, serán reconocidos los que
han guardado los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Después de esto,
el que está sentado sobre la nube mete su hoz para segar la mies de la tierra;
y el ángel mete su hoz aguda para vendimiar la viña de la tierra y echar las
uvas en el gran lagar de la ira de Dios.
Las siete copas (15:1-16:21)
Todo lo sucedido hasta ahora, ha sido una etapa de preparación para las
plagas de las siete copas. Luego de los siete sellos y las siete trompetas,
aparecen las siete copas y derraman plagas sobre la tierra. Estas son
semejantes a las plagas que padeció Egipto por no obedecer al mandato
de Dios de dejar ir a Israel, en la época de Moisés. Aparecen las úlceras
malignas en el cuerpo de los hombres; las aguas de los ríos y de los mares se
convierten en sangre; se desatan relámpagos y terremotos. Ni con todo esto,
se arrepienten los hombres, antes bien, blasfeman contra su Creador.
La plaga de la sexta copa prepara el camino de los reyes del oriente. El
ejército de las potestades del maligno se reune en Armagedón para luchar
contra Dios. Armagedón es ‘Har Megido’ en hebreo, que significa ‘monte
Megido’. Se trata de un campo de batalla que ha sido testigo de muchas
guerras en el Antiguo Testamento (Jue. 5:19; 2 R. 9:27; 23:29-30); y no hay
otro lugar con una connotación tan bélica como éste. Si bien hay muchas
corrientes de opinión que cree que la guerra del Armagedón será la última
guerra que terminará destruyendo la tierra; también podemos tomarlo
como una guerra espiritual. Porque los reyes de la tierra son convocados
por los espíritus malignos y luchan contra Dios.
La caída de Babilonia (17:1-19:5)
La caída de Babilonia ya ha sido anunciada (14:8); y ahora se ejecuta el
juicio de Dios. Babilonia es una especie de símbolo del pecado y la caída
del hombre. En la época en que fue escrito Apocalipsis, Babilonia hace
referencia a Roma. Este es un imperio del maligno, un reino perseguidor de
los cristianos, lleno de inmoralidad sexual y decadencia cultural. Es posible
considerar a los siete montes sobre los cuales se sienta la mujer, como los siete
montes famosos de Roma. Dios juzga con justicia los gobiernos corruptos,
como Babilonia y Roma.
La derrota de Satanás (19:6-20:10)
Cristo es el Novio, la Iglesia es la novia; y los vestidos de la novia, son las
buenas obras del cristiano. Cristo es descrito también como el Guerrero.