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Esdras 1-10
Introducción
No se sabe con seguridad quién escribió el libro; pero, la tradición dice que fue escrito por
el profeta Esdras, según lo sugerido por su intervención y narración desde el capítulo 7. Es
probable que haya sido elaborado entre 460 y 440 a. C. Se habla de las dos primeras oleadas
del regreso de los judíos a su tierra natal: la primera bajo el liderazgo de Zorobabel (capítulos
1-6) y la segunda bajo el liderazgo de Esdras (capítulos 7-10). La tercera oleada del regreso de
los judíos se documenta en el libro deNehemías. El libro dirige nuestra atención a varios temas
importantes: Dios es soberano sobre los asuntos de las naciones; Dios está lleno de gracia para
con su pueblo, cumpliendo sus promesas con él; el pueblo deDios no puede estar a la altura de
los requisitos completamente, pues fracasa una y otra vez. Al igual que los judíos, el hombre no
cumplecon los estándares deDios y laúnicaesperanzaestáenJesucristo, Señor ySalvador.
La primera oleada del regreso de los judíos (Caps. 1-2)
El rey Ciro, de Persia, actúo para llevar a cabo el plan de Dios al emitir un decreto
que autorizaba el regreso de los judíos a Jerusalén, la reconstrucción del templo y
la reanudación de su vida como pueblo (1:1). El soberano también devolvió los
utensilios que Nabucodonosor había robado del antiguo templo de Jerusalén. Los que
participaron en esta primera oleada de repatriados, bajo el liderazgo de Zorobabel, son
enumerados en el capítulo 2.
La restauración de la adoración (Cap. 3)
Los judíos remanentes, ahora de vuelta en Jerusalén, procedieron a reconstruir “el
altar de Dios de Israel” (v. 2) y reanudaron las ofrendas de sacrificio.También celebraron
la fiesta de losTabernáculos, que es un recuerdo de la liberación de Israel de manos de
Egipto. Luego sentaron las bases para el templo.
La oposición a la reconstrucción (Cap. 4)
Los enemigos de Israel ofrecieron ayuda para la construcción de la casa de Dios; sin
embargo, el pueblo rechazó el ofrecimiento, negándose a compartir la porción del Señor
con los idólatras paganos. Los enemigos entonces recurrieron a la oposición directa, que
incluyó no sólo la intimidación política, sino también una campaña de desprestigio que
convenció eficazmente al rey Artajerjes para que detuviera el proyecto de construcción
del templo.
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En la Biblia