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Todo esto es posible por medio del Espíritu, y se concreta
cuando admitimos y creemos que Jesús, el Hijo de Dios es
Nuestro Salvador. Es por eso que debemos anhelar al Es-
píritu Santo. Porque sólo podemos gozar de la maravillosa
gloria de ser uno con Dios a través de la obra del Espíritu.
El amor que se revela cuando somos uno
Podemos conocer el amor de Dios amando a nuestros her-
manos. Aprendemos sobre el amor de Dios y permanece-
mos en Su amor cuando luchamos por amar a quien no
podemos amar, y por perdonar a quien no podemos perdo-
nar. El amor hacia Dios y hacia nuestros hermanos no pue-
de ser separado.
Cuando nosotros seamos uno en el Espíritu, al igual que Jesús
y Dios son uno, muchos podrán ver a Dios a través nuestro.
Obtendremos el valor para amar a quienes no podemos que-
rer, cuando miremos la cruz. Gracias a Dios, quien nos amó.
Al igual que Jesús y Dios son uno,
si nosotros permanecemos unidos a Dios por el Espíritu Santo,
podremos ser uno entre los fieles.
Así, cuando nos unimos por el amor, el mundo conocerá
al amor de Dios por medio de nosotros.
Autor/ Ha Yong-jo
Fotografías/ Equipo fotográfico de Duranno y Shutterstock
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