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Meditando profundamente en la Biblia
del pastor Lee Jin-hee
C
uando leen el milagro de la multiplicación de los cinco panes y dos pesca-
dos, ¿qué les llama la atención? “Comieron todos y se saciaron; y recogieron
lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas” (Mateo 14:20). Nos detenemos
en el hecho de que comieron todo y “sobró”. De haber finalizado simplemente
en que comieron y se saciaron, tal vez nos hubiéramos decepcionado un poco.
Pero sentimos más gracia, porque “sobró”. Esto se debe a que no nos conforma-
mos con comer hasta saciarnos, debe sobrar. Y debe sobrar como doce cestos,
porque si sobraran tres o cinco cestos nos decepcionaríamos.
El milagro no es sujeto de comparación
“Los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los
niños” (Mateo 14:21). Dice que comieron “cinco mil” personas, aunque en griego
dice “unas cinco mil personas”. Quien tradujo la Biblia sintió mayor bendición.
Luego de que Jesús subió al Cielo, los hombres que lo seguían se reunieron
para elegir al discípulo que ocuparía el lugar de Judas Iscariote. Allí dice que
“los reunidos eran como ciento veinte” (Hechos 1:15). Aquí también dice “cien-
to veinte personas”. El traductor debe haber pensado que eso era una multitud.
Del mismo modo, a nosotros nos interesa todo lo que sea grande y numeroso.
Jesús también realizó el milagro de multiplicar siete pescados y alimentar
a cuatro mil hombres; y en aquella ocasión sobraron unos siete cestos y utilizó
El significado del milagro
está en su esencia
Lee Jin-hee
Pastor principal de la Iglesia metodista Wes-
ley de Dallas, Texas, EE.UU.. Autor de
“Leer el desierto”, “Leer desconocidamente
la conocida Biblia”, entre otros.