I n t r o d u c c i ó n b í b l i c a
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Si bien las enseñanzas del Señor respetaron la Ley del Antiguo Testa-
mento, la superaron en varias formas. Aunque Jesús dijo que no había ve-
nido a abolir la Ley, sino a cumplirla, su postura fue inaceptable para los
fariseos, pues ellos creían que la Ley no podía ser modificada en nada. La
interpretación particular de Jesús respecto al día de reposo hizo estallar
en ira a los maestros de la Ley. Los cuatro libros del Evangelio registran a
Jesús sanando enfermos y a endemoniados durante el día de reposo, y los
fariseos lo acusaron de haber trabajado, incumpliendo lo estipulado. La-
mentándose del legalismo de ellos, el Señor los reconvino por su corazón
endurecido. Tal fue la aberración que los fariseos sintieron hacia Jesús, que
lo acusaron, ridículamente, de tener a Beelzebú (3:22).
La familia de Jesús (3:21, 31-35; 6:3)
El libro de Marcos no menciona ni una vez a José, el esposo de María
(6:3), quizás porque ya para entonces había fallecido. Según este evange-
lio, Jesús tiene cuatro hermanos: Jacobo, José, Judas y Simón (6:3). Los
libros deuterocanónicos mencionan también el nombre de sus dos herma-
nas: Salomé y María; pero, los canónicos, registran solamente que Jesús
tenía hermanas.
En un principio, sus familiares no comprendieron el llamado de Jesús
(3:21). Tiempo más tarde, cumplieron un rol importante en la Iglesia pri-
mitiva. Su madre María acompañó a Jesús en su crucifixión y Jacobo se con-
virtió en un líder de la Iglesia en Jerusalén.
Enseñanza por medio de parábolas (cap. 4)
Las historias relacionadas a la vida hicieron que los oyentes se sintieran
identificados y entendieran mejor el concepto. En muchas ocasiones, Je-
sús usó material visual, como las flores del campo o las aves del cielo para
marcar la vida de la gente. El ambiente no era el más propicio para trans-
mitir verdades complicadas y difíciles de entender en relación al Evange-
lio del Reino de Dios, pues Jesús solía predicar en lugares muy espaciosos,
como en el campo o sobre algún barco en la orilla del mar; bien sabemos
que allí existen muchas distracciones para la gente. Además, como el ni-
vel intelectual de los oyentes no era muy alto, cuando el tema se trataba a
profundidad con parábolas y se daban explicaciones adicionales, la gente
y los discípulos entendían mejor las enseñanzas. No obstante, los que te-
nían su corazón endurecido no percibían las enseñanzas del Señor. La re-
acción que las personas mostraban ante estas doctrinas demostraban cuán
cerca o lejos estaban del Reino de Dios.