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I n t r o d u c c i ó n b í b l i c a
El últimogobiernodel reyDavid
David huyó de su hijo Absalón, el cual había liderado una rebelión. En una
situaciónmásmiserablequecuandoeraperseguidoporSaúl, el salmistaenten-
dió que solamenteDios podía hacerle volver a Jerusalén. Al final, los soldados
deDavidcontrolarona los rebeldes, yAbsalónmurióenmanosdeJoab, porque
Dios llevóal fracasoesaestrategia. CuandovolvíaaJerusalén,Davidentrónue-
vamenteencrisispor la rebelióndeSeba.
2 Samuel (2)
La lucha en la familia de David (caps. 16-19)
¿Con quienes de encuentra David en su huida? (16:1-14).
El rey huía de su hijo, y Siba, el criado de Mefi-boset, le salió al en-
cuentro con alimentos. A fin de ganarse el favor del salmista, el esclavo
le mintió diciendo que su amo había traicionado al rey. En esa situa-
ción de búsqueda de refugio, lejos de su hijo, David le creyó y le en-
tregó todos los bienes de Mefi-boset. Cuando el rey llegó a Bahurim,
se encontró con uno de la familia de la casa de Saúl, quien lo maldi-
jo y se burló diciendo que Dios le había dado el pago por toda la san-
gre de la casa de Saúl. David soportó con paciencia la maldición de
este hombre, creyendo que si estaba en la voluntad de Dios, Él qui-
taría esta afrenta.
Absalón tomó el camino de la derrota (caps. 16:15-17)
Por fin, Absalón entró a Jerusalén. Ahitofel le aconsejó llegarse a
las concubinas de su padre, para anunciar a todo el reino que ahora
él era rey de Israel. Era una costumbre de aquella época que el rey
conquistador se llegara a las concubinas del derrotado para demos-
trar su poder. Además, Ahitofel estaba dispuesto a reunir al ejército y
seguir a David para atacarle sorpresivamente. En ese momento, Hu-
sai arquita le recordó las numerosas experiencias bélicas de David,
y le aconsejó que convocara a un ejército de gran número, para que
Absalón mismo saliera a la guerra. Al usurpador le pareció mejor que
fuera el ejército de Ahitofel. Esta era la voluntad de Dios. Este hecho
fue transmitido a David por medio de los sacerdotes Sadoc y Abia-
tar. Cuando Ahitofel presintió la derrota, volvió a su casa y se ahorcó.