Página 11 - TCDVV OCTUBRE 2014.indb

Versión de HTML Básico

15
que la boda acabe para que éstos se amen hasta que la muerte los separe. Cuan-
do amamos así, demostraremos al mundo que el Espíritu vive en nosotros. “El
que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sa-
bemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (v. 24).
Dios responde
¿Cómo bendecirá Dios a quien ame hasta el fin, poniendo su vida, de hecho
y en verdad?
“Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y
cualquier cosa que pidamos la recibiremos de él” (vv. 21-22). Quien siga las re-
glas del amor tendrá la confianza que nos da Dios. Por eso quien pone en prác-
tica el amor de Jesús cotidianamente no teme porque el amor perfecto echa
fuera el miedo (1 Juan 4:18).
Una persona así, ora a Dios con confianza como lo hizo Jesús. Siendo su ora-
ción acorde a Su voluntad y no ora sin sensatez porque está lleno del Espíri-
tu Santo. El secreto para una oración que alegre a Dios y que sea respondida
es la “llenura del Espíritu”. Sólo así oraremos según Su voluntad ya que el Es-
píritu escudriña aun lo profundo de Dios (1 Corintios 2:10). Cuando pedimos
acorde a Su voluntad, Dios nos responde sin falta.
El amor derrite al mundo entero. Ame de hecho y con toda su posesión. Aquel
que ama es una gran persona. Si ama hallará el camino y el modo para supe-
rarlo todo, tendrá nuevas ideas. Deseo que viva y muera amando con calidez.
El amor que entrega su vida es posible si sentimos en nosotros la gracia de Jesús
quien dio su vida por nosotros
y si sucede en nosotros el milagro del Espíritu Santo.
Cuando amamos poniendo la vida, de hecho y en verdad, y hasta el fin como lo hizo
Jesús demostraremos al mundo que el Espíritu permanece en nosotros.
Autor/ Ha Yong-jo
Fotografías/ Equipo fotográfico de Duranno y Shutterstock